viernes, 21 de mayo de 2010

Mensaje para México de John Rick Miller en Novo Millennio

Queridos hermanas y hermanos en Cristo:

Les doy la bienvenida a este sitio web. En los tiempos que vivimos, la confusión aumenta en los corazones de muchas personas que creen en Dios. Como ovejas dispersas permanecen en silencio observando como la inmoralidad, corrupción y maldad se intensifican en nuestros pueblos, ciudades, estados y países alrededor del mundo. Muchos hoy en día sienten la abrumadora necesidad de hacer algo respecto a la iniquidad que nos rodea, pero no saben qué hacer o cómo hacerlo.

Para lograr lo anterior, esta Misión nos muestra un camino a seguir por donde podemos avanzar confiados porque se apoya en la Sagrada Escritura y en la Tradición de nuestra Iglesia Católica. Nuestra arma poderosa es la oración consagrada, por eso le pedimos a cada uno de los que la integran que se consagren individualmente y también su familia, al Sagrado Corazón de Jesús y al Doloroso e Inmaculado Corazón de María, como se nos pidió en Fátima. Una vez consagrados, renovamos dicha consagración al despertar en la mañana de cada nuevo día. Después de entregarle nuestra vida a Dios por medio de estas consagraciones, comenzamos, llenos de fe y confianza, a comprender la necesidad de orar unos por otros, especialmente por aquellos que nos gobiernan y por los lugares donde vivimos.

Esta Misión nos pide formar cenáculos (grupos) de oración, que se reúnan una vez a la semana, con el propósito de orar por intenciones concretas conforme a las necesidades de los diferentes grupos dentro de nuestra sociedad. Al irnos adentrando en una vida de mayor acercamiento a Dios, empezamos a entender cada vez más el enorme regalo de nuestra fe. También los animamos a estudiar el Catecismo de nuestra Iglesia y a valorar el gran tesoro que se nos ha entregado en los Sacramentos. Si cada día oramos y ponemos en práctica lo que la misión nos enseña, estaremos protegidos por la Gracia de Dios, mediante Su presencia dentro de nosotros y entre nosotros.

Al tener el amor y la protección de Dios, seremos capaces de rendirnos incondicionalmente a su Divina Voluntad cada día de nuestra vida. Si muchas personas se unen a esta Misión podremos transformar los pueblos, ciudades, estados y países del mundo. Esto se cumplirá en la medida en que digamos "No" a todo lo que signifique ofender a Dios, y así, poco a poco empezará a cambiar nuestro entorno y toda la faz de la tierra. Este proceso se acelerará aun mas si nos unimos para pedirle a la Iglesia que consagre públicamente a nuestros pueblos, ciudades, estados y países al Sagrado Corazón de Jesús y al Doloroso e Inmaculado Corazón de María. El Cielo otorga gracias extraordinarias en respuesta a estos actos de fe; hay muchos ejemplos de milagros en la historia de nuestra Iglesia que han ocurrido al llevar a cabo dichas consagraciones en público. También es parte de esta Misión, empezar a unirnos con otros grupos para luchar juntos contra todo aquello, dentro de nuestra sociedad, que se oponga a los mandamientos de Dios.

Esta Misión la integran religiosos y laicos que dedican su vida a dar a conocer el amor y la protección que Dios, Padre de toda la humanidad, derrama por intercesión de la Sagrada Familia, los Ángeles y los Santos. Te invitamos a unirte a esta familia de Dios; el único requisito para pertenecer a ella es que verdaderamente lo ames. Al convertirnos en verdaderos discípulos de los corazones de Jesús, María y José, no podremos permanecer callados por más tiempo ante el mal que, en nuestras vidas, las de nuestra familia y de todos nuestros hermanos y hermanas en el mundo, es causa de que lleguemos a perder la vida eterna.

En el siglo diecisiete el filósofo irlandés, Edmund Burke, escribió: "Para que el mal exista, lo único necesario es que los hombres buenos no hagan nada." En el Evangelio de San Lucas (18, 18-19), nuestro Señor dice: "Nadie es bueno sino solo Dios". Por lo tanto, para los fines de esta Misión, hemos parafraseado la cita de Burke: "Para que el mal exista, todo lo que se necesita es que los hombres y mujeres de bien no hagan nada."

Con profundo agradecimiento,

John Rick Miller


Enlaces

http://www.vatican.va/

http://www.zenit.org/

http://www.h2onews.org/espanol.html

http://www.cem.org.mx/


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